Hoy te quiero invitar a reflexionar sobre la dureza de haber sido víctima de abuso sexual, una forma de abuso que cobra presencia a través de diversas formas, y que indiferente del tiempo transcurrido sus efectos perduran e interfieren, generando dolor, sentimientos de vergüenza, soledad y culpa.
En la mayor parte de los casos el abuso sexual infantil, suele ser cometido por familiares, el incesto propiamente tal, o por personas relacionadas con la víctima, como un profesor, asesor espiritual, etc. En el caso del abuso sexual a adultos suele darse en el ámbito laboral o incluso al interior de la familia y la propia pareja. Es un acto que pretende dominar, poseer, cosificar a la persona a través de la sexualidad, algunas veces el agresor actúa desde la violencia explícita hacia la víctima, otras veces, se vale de la confianza en él depositada para desde la cercanía de una relación afectiva, romper los límites de la intimidad e introducir elementos eróticos, esto sobre todo en niños, niñas y preadolescentes.
Muchas veces las víctimas de abuso sexual callan por temor a represalias, a no ser creídas, al estigma social, a desestructurar la propia familia o no ser capaz de salir adelante. Te quiero decir que es posible hablar de las consecuencias del abuso y de todos los temores que han perpetuado tu silencio y tu sufrimiento.
Si alguien rompió los límites de tu intimidad y te viste inmersa en situaciones de carácter sexual sin tu consentimiento. Si alguna vez fuiste seducida, amenazada, engañada o confundida por otra persona que deseaba obtener placer sexual de un modo en que te provoco un sentimiento de humillación, desprotección o impotencia.
Si alguien te utilizó para su propia satisfacción sexual, y sientes que este es un asunto que retorna y quiebra tu confianza, ya sea en cómo te desenvuelves, en las elecciones de pareja o los vínculos que estableces, es un claro indicador de que es tiempo de acceder a una ayuda profesional que te permita hablar de lo vívido, el impacto emocional y las secuelas que hoy estás viviendo. Con la ayuda profesional es posible aumentar la confianza y autoestima, logrando una mejor relación contigo misma y con la vida.
Psicóloga Yanisse Valdebenito F.